trabajo en una dependencia de gobierno y con el paso de los 5 años que llevo ahi me he econtrado con mucha gente que son el claro ejemplo de la burocracia,por eso la otra ves me puse a buscar datos sobre la buocracia y me encontre los siguiente creo que no hai algo que pueda describir mejor a estas persona que he bautizado como "dinosaurios" ...
al que le quede el saco que se lo ponga y si no que se lo haga a su medida
La patología burocrática. Si bien la burocracia fue concebida como un sistema racional y efectivo, con frecuencia se ha convertido en lo contrario: una montaña gigantesca casi imposible de mover. Así, el término “burocracia” con frecuencia se emplea en el sentido despectivo (Arias Galicia, 2006).
Muchas empresas y organizaciones han caído en el extremo de la patología burocrática, cuyos principales síntomas son:
· Desplazamiento de los objetivos. En otras palabras, se desconocen u olvidan los objetivos para los cuales fue creada la organización, así como su misión (si alguna vez se formuló). El ocupante de cada puesto desconoce dichos elementos y, por tanto, se concentra solo en su función. En otras palabras, el trámite (inicialmente un medio para lograr los objetivos de la organización) se convierte en un fin en sí mismo, en el objetivo de cada puesto. Llenar formatos, llevar controles y presentar informes se convierten en la esencia del trabajo.
· Aumento de la propia importancia. El burócrata, perdido entre la maquinaria, encuentra una forma de resaltar su humanidad: adquiere poder sobre los demás precisamente en el trámite. No puede aceptar la más mínima desviación. Un ejemplo patético sería el de una persona en el área de recepción de un hospital que no pasa a curación a otra persona accidentada porque esta última no trae completos sus documentos.
Gasalla (1995) describe los síntomas y símbolos de las empresas tradicionales:
a) “No te muestres en desacuerdo con tu jefe.” Si alguien desea hacer carrera dentro de la empresa u organización es preciso reconocer que el jefe siempre tiene la razón.
b) “No compartas información con otras áreas ni incluso con alguno de los tuyos.” La información es poder; puede emplearse en ciertos momentos para defender la propia posición.
c) “La mujer vale para lo que vale.” Parafraseando a un filósofo, en las empresas u organizaciones se recuerda que las mujeres son seres con cabellos largos e ideas cortas. Desde luego, este pensamiento no tiene sustento alguno. Muchas investigaciones han demostrado que las mujeres son tan capaces como los hombres en muchas facetas.
d) “Haz como si estuvieras muy ocupado aun cuando no lo estés.” Si el jefe considera la existencia de tiempo disponible pueden ocurrir dos consecuencias: más trabajo o el despido.
e) “Ríete de quienes sugieren nuevos modos de hacer las cosas.” Una frase muy común es: “Llevamos 30 años haciendo las cosas de esta manera y nos ha dado buenos resultados, ¿Por qué debemos cambiar?”. Los procedimientos exitosos en el pasado, en situaciones más o menos estables, no necesariamente llevarán a un buen término en la época actual, de cambios y turbulencias en el entorno.
f) “No sonrías mucho, el trabajo es una cosa muy seria.” Es preciso recordar la maldición bíblica: “Ganaras el pan con el sudor de tu frente.”
g) “No veas lo malo, no oigas lo malo, no hables de lo malo.” En esta empresa u organización todo marcha bien, no hay problemas, todos somos una gran familia. Se trata de esconder los problemas en vez de solucionarlos. Aquí es preciso recordar la definición de un tirano dada por alguien: “Es un gobernante que declara que todo va muy bien, hasta que estalla la revolución”.
h) “No aceptes responsabilidades. Intenta delegar hacia arriba.” Más responsabilidades implican más trabajo y más problemas. También se corre el riesgo de recibir una reprimenda por parte del jefe por tomarse atribuciones que no corresponden. Finalmente, nadie lo agradecerá. Es mejor pasar el problema al jefe.
i) “Protégete a toda costa.” Puede traerse a colación el viejo refrán: “Más vale malo por conocido que bueno por conocer.” Es preciso no perder la seguridad de los métodos y procedimientos ya probados.
Muchas empresas y organizaciones han caído en el extremo de la patología burocrática, cuyos principales síntomas son:
· Desplazamiento de los objetivos. En otras palabras, se desconocen u olvidan los objetivos para los cuales fue creada la organización, así como su misión (si alguna vez se formuló). El ocupante de cada puesto desconoce dichos elementos y, por tanto, se concentra solo en su función. En otras palabras, el trámite (inicialmente un medio para lograr los objetivos de la organización) se convierte en un fin en sí mismo, en el objetivo de cada puesto. Llenar formatos, llevar controles y presentar informes se convierten en la esencia del trabajo.
· Aumento de la propia importancia. El burócrata, perdido entre la maquinaria, encuentra una forma de resaltar su humanidad: adquiere poder sobre los demás precisamente en el trámite. No puede aceptar la más mínima desviación. Un ejemplo patético sería el de una persona en el área de recepción de un hospital que no pasa a curación a otra persona accidentada porque esta última no trae completos sus documentos.
Gasalla (1995) describe los síntomas y símbolos de las empresas tradicionales:
a) “No te muestres en desacuerdo con tu jefe.” Si alguien desea hacer carrera dentro de la empresa u organización es preciso reconocer que el jefe siempre tiene la razón.
b) “No compartas información con otras áreas ni incluso con alguno de los tuyos.” La información es poder; puede emplearse en ciertos momentos para defender la propia posición.
c) “La mujer vale para lo que vale.” Parafraseando a un filósofo, en las empresas u organizaciones se recuerda que las mujeres son seres con cabellos largos e ideas cortas. Desde luego, este pensamiento no tiene sustento alguno. Muchas investigaciones han demostrado que las mujeres son tan capaces como los hombres en muchas facetas.
d) “Haz como si estuvieras muy ocupado aun cuando no lo estés.” Si el jefe considera la existencia de tiempo disponible pueden ocurrir dos consecuencias: más trabajo o el despido.
e) “Ríete de quienes sugieren nuevos modos de hacer las cosas.” Una frase muy común es: “Llevamos 30 años haciendo las cosas de esta manera y nos ha dado buenos resultados, ¿Por qué debemos cambiar?”. Los procedimientos exitosos en el pasado, en situaciones más o menos estables, no necesariamente llevarán a un buen término en la época actual, de cambios y turbulencias en el entorno.
f) “No sonrías mucho, el trabajo es una cosa muy seria.” Es preciso recordar la maldición bíblica: “Ganaras el pan con el sudor de tu frente.”
g) “No veas lo malo, no oigas lo malo, no hables de lo malo.” En esta empresa u organización todo marcha bien, no hay problemas, todos somos una gran familia. Se trata de esconder los problemas en vez de solucionarlos. Aquí es preciso recordar la definición de un tirano dada por alguien: “Es un gobernante que declara que todo va muy bien, hasta que estalla la revolución”.
h) “No aceptes responsabilidades. Intenta delegar hacia arriba.” Más responsabilidades implican más trabajo y más problemas. También se corre el riesgo de recibir una reprimenda por parte del jefe por tomarse atribuciones que no corresponden. Finalmente, nadie lo agradecerá. Es mejor pasar el problema al jefe.
i) “Protégete a toda costa.” Puede traerse a colación el viejo refrán: “Más vale malo por conocido que bueno por conocer.” Es preciso no perder la seguridad de los métodos y procedimientos ya probados.